Una nube privada es un modelo de implementación de cloud computing en el que todos los recursos en la nube se destinan a un solo cliente o usuario a la organización. La nube privada, a veces llamada nube privada interna o nube corporativa, ofrece muchas ventajas de los entornos de cloud computing, como escalabilidad, flexibilidad y una prestación de servicios más rápida. Además, las nubes privadas tienen un solo propietario, lo que permite a los clientes mantener el mismo nivel de seguridad, control de acceso y personalización que tenían con su infraestructura on-premise.
Tradicionalmente, las nubes privadas se ejecutaban on-premise, pero ahora es posible ejecutar servicios de nube privada con una infraestructura alquilada en los centros de datos de un proveedor de servicios en la nube.
En general, puedes elegir entre tres tipos de nubes al seleccionar un modelo de despliegue en la nube: nube privada, nube pública y nube híbrida.
Más recientemente, las empresas también se decantan por los entornos multinube, que utilizan servicios de cloud computing de al menos dos proveedores de servicios en la nube, ya sean públicos o privados. Las nubes híbridas se pueden considerar multinube si incluyen servicios de cloud computing privados y combinan recursos de más de un proveedor de servicios en la nube pública.
Hay cuatro tipos principales de nubes privadas: la nube privada on-premise, la nube privada virtual, la nube privada alojada y la nube privada gestionada. Estos tipos de entornos de nube privada difieren entre sí dependiendo de quién gestiona el entorno y dónde se aloja. Cada tipo de nube privada ofrece diversas ventajas y funciones según las necesidades de tu organización.
Veamos en detalle cada tipo de nube privada:
Las nubes privadas on‐premise se alojan de forma interna en tu centro de datos y las gestiona tu equipo de TI. La nube privada en las instalaciones ofrece altos niveles de control sobre la privacidad, la seguridad y la personalización de los datos, pero la capacidad se limita a la infraestructura disponible.
Las nubes privadas virtuales (VPC) ofrecen recursos privados y un entorno aislado que usa recursos de nube pública compartidos. Con un servicio de VPC, puedes definir y controlar una red virtual personalizada que actúe de forma similar a un entorno de nube privada. De esta forma, puedes ejecutar cargas de trabajo de forma independiente a otras organizaciones sin dejar de usar la infraestructura de TI compartida de un proveedor de servicios en la nube pública.
Las nubes privadas alojadas, o el alojamiento en la nube privada, se ejecutan fuera de las instalaciones en los servidores en la nube de un proveedor externo. Sin embargo, a diferencia de una VPC, no tienes que compartir contenido con otros clientes, ya que los servidores en la nube privada los utiliza una sola organización. Los servicios de nube privada alojada ofrecen más recursos y opciones de escalabilidad de alta demanda, un panel de control fácil de usar y un equipo de asistencia. Además, el proveedor de servicios posee y gestiona los recursos en la nube, incluido el mantenimiento, las actualizaciones y la gestión de la seguridad.
Las nubes privadas gestionadas suelen estar en un entorno en la nube de un único cliente alojado, pero también pueden ubicarse on-premise en tu organización, donde la infraestructura no se comparte. Con las nubes privadas totalmente gestionadas, los proveedores externos se encargan de desplegar, configurar, gestionar y mantener la nube privada, incluido el software, la red y las operaciones. También pueden ofrecer otros servicios, como gestión de identidades, almacenamiento, copias de seguridad y recuperación tras fallos.
El uso de una infraestructura de TI on-premise para desplegar aplicaciones requiere invertir en hardware y servidores sofisticados, software, almacenamiento y otros servicios sólidos. También necesitas un equipo de TI especializado y con experiencia que pueda ayudarte a mantener, gestionar y escalar tu infraestructura con regularidad.
El cloud computing pone estos mismos recursos a disposición de los usuarios sin la responsabilidad de comprar o mantener la infraestructura y también permite a las organizaciones acceder rápidamente a los recursos y servicios que necesitan con el pago por uso.
Sin embargo, los entornos compartidos entre varios propietarios de la nube pública sacrifican parte de la seguridad y el control, que pueden no ser opcionales para determinadas empresas y sectores. Por ejemplo, los sectores muy regulados, como los servicios financieros o la sanidad, pueden enfrentarse a normativas de seguridad o cumplimiento más estrictas que dificultan la adopción de la nube pública, incluso haciéndola imposible.
Por otro lado, las nubes privadas ponen a tu disposición los servicios y los recursos de la nube interna bajo demanda en un entorno de TI dedicado. De esta forma, las empresas pueden aprovechar una infraestructura flexible, escalable y de autoservicio a la vez que mantienen el control y eliminan los riesgos de las arquitecturas multicliente.
Personalización
La nube privada te permite aprovisionar y personalizar la infraestructura según tu tecnología específica y los requisitos de tu empresa.
Más control
Como las plataformas en la nube privada se alojan en entornos privados on‐premise o en centros de datos de terceros, te ofrecen una mayor visibilidad y control sobre tus datos y tu infraestructura.
Mayor seguridad
Las nubes privadas funcionan en entornos aislados y dedicados que limitan el acceso a una sola organización a través de redes privadas y seguras, en lugar de a través de la red pública de Internet.
Cumplimiento mejorado
Puedes desplegar nubes privadas con total libertad para cumplir las políticas de retención o de control de acceso. La infraestructura en la nube privada te permite controlar dónde se almacenan tus datos y dónde se realizan los procesos de computación.
Rendimiento constante
Con los entornos de nube privada, el rendimiento es más predecible, ya que tu hardware no se comparte con otras organizaciones.
Modernización de aplicaciones
Muchas empresas deciden usar entornos de nube privada para modernizar sus aplicaciones antiguas. Las nubes privadas se pueden personalizar para que se adapten a aplicaciones concretas, lo que facilita la transición de las cargas de trabajo a la nube.
Para las empresas, la mayor desventaja de la nube privada es que genera costes más altos, sobre todo si tienes que comprar e instalar hardware nuevo. Puede que también debas pagar por sistemas operativos y licencias de software, y por contratar o asignar recursos para la gestión y el mantenimiento en la nube.
Además, las soluciones de nube privada suelen ser menos flexibles y menos escalables. La capacidad y las prestaciones disponibles se limitan al hardware y al software que hayas comprado y configurado, lo que significa que deberás hacer compras adicionales si necesitas escalar o añadir nuevas funciones.
La nube privada virtual te permite proporcionar funciones de red a tus recursos y servicios de Google Cloud, como instancias de máquina virtual, contenedores o clústeres de Kubernetes gestionados y PaaS. Puedes crear una sola VPC en una red virtual mundial que abarca más de 30 regiones y 100 zonas de más de 200 países y territorios.
Gracias a la nube privada virtual (VPC) de Google Cloud, puedes crear varias redes privadas virtuales personalizables y, al mismo tiempo, disfrutar del máximo nivel de aislamiento de otros clientes en la nube. Al mismo tiempo, te beneficias de muchas de las ventajas que se pueden esperar de adoptar la nube pública. La nube privada virtual te ofrece la misma agilidad, flexibilidad, seguridad en la nube y fiabilidad que la nube pública, a la vez que te da un control total sobre tu entorno de red virtual. También tendrás acceso privado a los servicios de Google, como el almacenamiento en la nube, las analíticas de datos inteligentes y los productos de inteligencia artificial y aprendizaje automático.
Empieza a crear en Google Cloud con 300 USD en crédito gratis y más de 20 productos Always Free.