El cloud computing proporciona a las organizaciones herramientas, almacenamiento, seguridad, software y servicios para agilizar el cumplimiento de los objetivos empresariales. Para sacarle partido, con frecuencia las organizaciones necesitan migrar sus sistemas, bases de datos y aplicaciones principales a la nube.
La migración a la nube es el proceso de mover aplicaciones, datos, infraestructuras, seguridad y otros objetos a un entorno de cloud computing.
Por lo general, las empresas migran datos, aplicaciones y cargas de trabajo de TI de servidores on‐premise a la nube pública, pero la migración a la nube también implica mover datos y aplicaciones de un proveedor de servicios en la nube a otro.
Una vez completada la migración, los sistemas pueden seguir tal como están o someterse a una optimización y modernización continuas. La migración a la nube también puede funcionar a la inversa, desde un proveedor en la nube hasta servidores on-premise.
Una de las principales razones para migrar a la nube es reducir costes y optimizar la infraestructura. Migrar a la nube puede ayudar a las organizaciones a pasar de un modelo de gasto de capital a un modelo de gasto operativo, lo que reduce la necesidad de poseer, operar, mantener y actualizar el costoso equipo de los centros de datos on‐premise.
Migrar a la nube puede ayudar a las empresas a mejorar el rendimiento y aumentar el tiempo de funcionamiento. La nube también ayuda a las empresas a modernizar las cargas de trabajo, lo que evita las costosas tarifas de licencias de aplicaciones antiguas. La nube puede ayudar a las organizaciones a proteger sus datos y, al mismo tiempo, mejorar el gobierno y el cumplimiento de las normativas en todo el mundo.
Las organizaciones también migran a la nube para:
Aprovechar el análisis de datos
Migrar las aplicaciones a la nube puede ayudar a las empresas a sacar más partido de las herramientas que ya usan, como las de CRM, SAP y bases de datos de marketing, entre otras. Modernizar esos sistemas en la nube permite que las empresas aprovechen sus datos y encuentren nuevas oportunidades de negocio, al tiempo que aumenta la agilidad organizativa para solucionar problemas.
Aumentar la agilidad
La nube proporciona a las organizaciones recursos de TI bajo demanda, por lo que no tienen que esperar semanas o meses para crear aplicaciones ni instalar hardware on-premise. Gracias a la nube, las organizaciones pueden adaptarse a los cambios del mercado y a las acciones de la competencia mucho más rápido, lo que aumenta la flexibilidad de las estrategias de salida al mercado.
Consolidar y modernizar los datos
Al acabar con los centros de datos on‐premise, las empresas tienen la oportunidad de consolidar sus datos y organizarlos en una plataforma de datos universal, lo que abre la puerta a oportunidades de transformación digital más sólidas y sofisticadas.
Las organizaciones pueden elegir entre distintos tipos de migraciones a la nube en función de sus objetivos.
Una migración de abandono completo de centros de datos es el proceso de transferir todas las aplicaciones, los servicios y los conjuntos de datos de uno o varios centros de datos a una nube pública. Dependiendo del tamaño de la organización, un abandono completo de un centro de datos puede ser un proceso largo que requiere más de un año de planificación, pruebas y ejecución.
Hay varias razones por las que una organización puede querer pasar de un proveedor de servicios en la nube a otro, como cambios en los acuerdos de nivel de servicio, mejores prácticas de seguridad o acceso a herramientas más avanzadas de inteligencia artificial y aprendizaje automático. Los principales proveedores suelen contar con conjuntos de herramientas, servicios y listas de terceros que pueden ayudar a las organizaciones a pasar de un proveedor de nube pública a otro.
En lugar de abandonar un centro de datos por completo, es posible que las organizaciones quieran migrar algunos de sus softwares, servicios o conjuntos de datos desde servidores on‐premise a la nube, donde pueden ser más eficientes y fáciles de gestionar. La inteligencia empresarial, las analíticas de datos, la gestión de recursos de clientes (CRM), las aplicaciones de inteligencia artificial y aprendizaje automático, y los conjuntos de datos son tipos habituales de aplicaciones que se migran a las nubes públicas.
Las migraciones más segmentadas pueden consistir únicamente en un tipo específico de carga de trabajo, que son recursos que se ejecutan en la nube y consumen algún tipo de recurso, como potencia de computación o capacidad de almacenamiento. Por ejemplo, entornos de desarrollo, creación y gestión de documentos, bases de datos distribuidas, modelado 3D o codificación de vídeo.
La migración a la nube es un proceso de varias fases que incluye evaluación, planificación, migración, optimización y modernización. Un programa holístico de migración integral permite a las organizaciones reducir riesgos, controlar los costes y simplificar el camino hacia el éxito en la nube.
Las organizaciones disponen de varias opciones al empezar el proceso de migración a la nube. Pueden intentar hacerlo por su cuenta con sus empleados; pueden colaborar con el proveedor de la nube pública y usar su paquete de herramientas de migración; y pueden recurrir a partners de migración externos para que les proporcinen habilidades técnicas y asistencia.
Las listas de comprobación completas pueden incluir una hoja de ruta que las organizaciones pueden seguir para facilitar la migración a la nube. Una lista de comprobación puede incluir los siguientes elementos, entre otros.
Las estrategias de migración más habituales abarcan un espectro que va desde una migración directa con pocos cambios o ninguno en las aplicaciones y máquinas virtuales (realojamiento) hasta un replanteamiento completo de toda la infraestructura digital (rearquitectura o cambio de plataforma).
Los resultados más destacados que obtienen las organizaciones después de migrar a la nube son las mejoras de rendimiento, seguridad y escalabilidad de las cargas de trabajo, y una mayor facilidad para las operaciones de TI y la gestión de costes. También significa que los equipos de TI del proveedor de la nube ayudan a gestionar los sistemas de la organización de forma conjunta, lo que reduce parte de la carga de los equipos de TI internos en comparación con cuando todos los sistemas se encuentran on-premise.
Otras ventajas de migrar a la nube son las siguientes:
Mayor seguridad
La gestión de operaciones a través de la nube permite a las organizaciones sacar partido de las herramientas y los servicios de seguridad del proveedor de la nube, como la gestión de identidades y accesos, la gestión de claves de encriptado, la gestión de pérdidas de datos y una arquitectura de confianza cero.
Rendimiento optimizado
Los sistemas y aplicaciones principales suelen tener un rendimiento mejor y más fiable en la nube que en una infraestructura antigua, ya que los proveedores de nube actualizan y optimizan su hardware de forma sistemática. Con un mejor rendimiento, las organizaciones pueden ofrecer una experiencia de más calidad a los clientes y, al mismo tiempo, liberar recursos internos para centrarse en tareas de más prioridad.
Desarrollo ágil de aplicaciones
Por lo general, las organizaciones experimentan un aumento en la eficiencia de los desarrolladores y un desarrollo más rápido de las aplicaciones después de migrar a la nube. Las aplicaciones nativas de la nube también pueden ofrecer un rendimiento más fiable, con un periodo de inactividad reducido.
Costes más bajos
Al migrar a la nube, el modelo de gasto en capital de las organizaciones pasa a ser un modelo de gasto operativo. Por tanto, puede ser más fácil gestionar los costes de forma continua. La nube permite a las organizaciones adoptar herramientas como aplicaciones de software como servicio y modelos de uso elásticos que se pueden acelerar o reducir según lo que sea necesario en cada momento.
Gestión mejorada de la infraestructura
Al refactorizar las cargas de trabajo y modernizar las operaciones con herramientas nativas de la nube, como Kubernetes, las organizaciones pueden optimizar la gestión de su infraestructura.
Gestión de finales del ciclo de vida
El hardware y el software suelen ofrecer un periodo definitivo durante el que son útiles para una organización. Con el tiempo, todo el hardware y el software debe alcanzar su fin del ciclo de vida. La rigidez de los contratos de licencia y los contratos a largo plazo ha hecho que gestionar los ciclos de fin de vida sea un proceso engorroso y costoso.
Gracias a la flexibilidad de la infraestructura y de las opciones de pago que ofrece la nube, las organizaciones pueden adaptarse más fácilmente a los requisitos del fin del ciclo de vida de los recursos y, al mismo tiempo, cambiar rápidamente a la siguiente tecnología útil.
Las migraciones a gran escala a la nube pueden ser operaciones complejas de varios años. Al embarcarse en la migración a la nube, las organizaciones necesitan metas claras y objetivos empresariales alcanzables durante la migración. Las organizaciones deberían saber cómo será su entorno en la nube al final de la migración (por ejemplo, si serán un ecosistema público, privado, híbrido o multinube). ¿La migración requiere de proveedores externos o ayuda importante del proveedor de la nube? ¿Qué aplicaciones se ejecutarán en un modelo de software como servicio? ¿Cómo se organizarán los datos en el nuevo entorno? La respuesta a estas y otras preguntas sobre la estrategia es el primer reto al migrar a la nube.
Organizar las operaciones de TI en la nube es diferente de ejecutar los mismos procesos en los entornos on‐premise. La nube simplifica el uso de modelos operativos, como DevOps, la automatización y la infraestructura como código. Las organizaciones tendrán que contratar o volver a formar a sus empleados para que realicen las funciones necesarias en un entorno en la nube. Durante la migración, las organizaciones deben reservar tiempo a los empleados para que puedan formarse en entornos en la nube y obtener nuevas certificaciones.
Las prácticas de seguridad cambian al migrar entre un entorno on-premise y la nube. La gestión de identidades y accesos es mucho más importante en la nube, lo que puede suponer una complejidad para los administradores de TI. Las organizaciones deben conocer el uso de nuevas herramientas de seguridad y las prácticas recomendadas, como implementar medidas de prevención de pérdida de datos y arquitecturas de confianza cero. Incluso con herramientas de seguridad sólidas, la organización tiene que abordar los desafíos relacionados con las políticas de gobierno de datos y de cumplimiento cuando se trasladan datos de un entorno a otro.
Migrar a la nube cambia el modelo operativo de una organización. Conocer los nuevos costes y gastos puede suponer una tarea abrumadora, ya que hay muchos factores en juego. La gestión de costes se convierte en un reto constante durante el proceso de migración a la nube. Por ejemplo, para conocer las nuevas estructuras de tarifas, los ciclos de facturación, el consumo de recursos, las suscripciones de software y el cálculo de la asistencia y la formación adicionales. Al migrar a la nube, las empresas a veces sobreaprovisionan recursos y, por lo tanto, gastan de más en la nube al principio. Algunos proveedores de servicios en la nube ofrecen recomendaciones proactivas para ayudar a las organizaciones a ajustar los costes y los presupuestos de la nube.
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