El gobierno de datos es un enfoque riguroso para gestionar los datos durante su ciclo de vida, desde la adquisición hasta la eliminación, pasando por el uso.
El gobierno de datos es imprescindible en todas las empresas de todos los sectores, ya que los datos se han ido convirtiendo en su recurso más valioso al avanzar en su transformación digital.
La alta dirección necesita datos precisos y oportunos para tomar decisiones empresariales estratégicas. Los profesionales de marketing y ventas necesitan datos fiables para saber qué quieren los clientes. El personal de aprovisionamiento y gestión de la cadena de suministro necesita datos exactos para mantener abastecidos los inventarios y minimizar los costes de fabricación. Los responsables del cumplimiento deben demostrar que los datos se tratan conforme a las normas tanto internas como externas. Y así sucesivamente.
El gobierno de datos abarca todas las medidas adoptadas para que los datos sean seguros, privados y precisos y, además, estén disponibles y se puedan usar. Incluye todas las acciones que deben realizar los usuarios, los procedimientos que deben seguir y la tecnología que utilizan durante todo el ciclo de vida de los datos.
El gobierno de datos significa fijar estándares internos (es decir, políticas de datos) que regulen cómo se recopilan, almacenan, procesan y eliminan los datos. Rige quiénes pueden acceder a qué tipos de datos y cuáles de estos están sometidos al gobierno. También implica cumplir los estándares externos que fijan las asociaciones del sector, los organismos públicos y otras partes interesadas.
Los usuarios de toda la empresa reciben los datos que necesitan para llegar y atender a los clientes, diseñar y mejorar productos y servicios, y aprovechar las oportunidades nuevas de obtener ingresos.
Los datos te sirven para gestionar los recursos de manera más eficaz. Como puedes eliminar los datos que se duplican a causa de los silos de información, no compras hardware de más, ni tienes que mantenerlo.
Dado que el marco normativo es cada vez más complejo, fijar prácticas rigurosas de gobierno de datos en las empresas cobra aún más importancia. Evita el riesgo de incumplir normativas y anticípate a las que van a entrar en vigor de forma proactiva.
Si demuestras mediante auditorías que cumples las políticas de datos internas y externas, los clientes y los partners están seguros de que proteges su información sensible y se muestran dispuestos a hacer negocios contigo.
Con un gobierno riguroso, disipas cualquier duda sobre la posibilidad de que los datos sensibles queden expuestos a personas o sistemas sin autorización, de que usuarios externos maliciosos quiebren la seguridad o incluso de que insiders accedan a datos que no tienen derecho a ver.
Si el gobierno de datos es riguroso, puedes permitir que más personal acceda a más datos con la plena seguridad de que siempre son los adecuados y de que esta democratización de los datos no perjudica a la empresa.
Cuanto más se generaliza la adopción de la nube, más dudas surgen en cuanto a cómo afecta al gobierno de datos. Estas son las cuestiones que inquietan a las empresas:
A menudo, el gobierno de datos implica dar a los denominados "custodios de datos" responsabilidad proactiva sobre los datos en sí y sobre los procesos que aseguran su correcto uso.
El gobierno de datos también permite comprobar la calidad de los datos, que engloba cualquier actividad o técnica diseñadas para confirmar si los datos se pueden utilizar. En general, la calidad de los datos se valora según seis dimensiones: precisión, integridad, coherencia, oportunidad, validez y exclusividad.
Es un concepto amplio que abarca todas las facetas de gestionar los datos como recurso empresarial, desde la recogida y el almacenamiento hasta el uso y la monitorización. También implica verificar que se utilizan de forma segura, eficiente y rentable antes de eliminarlos.
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