En nuestro mundo digital interconectado, las aplicaciones rara vez funcionan de forma aislada. Necesitan comunicarse entre sí, compartir datos y exponer funcionalidades de forma segura y estandarizada. Aquí es donde puede entrar en juego el desarrollo de APIs.
El desarrollo de APIs es el proceso de extremo a extremo de crear, publicar y administrar interfaces de programación de aplicaciones.
Es una disciplina integral que va mucho más allá de escribir el código de backend. El proceso abarca todo el ciclo de vida de una API, desde la planificación estratégica y el diseño cuidadoso, pasando por la implementación y las pruebas rigurosas, y continuando con la implementación segura, el mantenimiento continuo y la administración de versiones.
Una API, o interfaz de programación de aplicaciones, es un conjunto de reglas y definiciones que permite que diferentes aplicaciones de software se comuniquen entre sí y soliciten servicios. Actúa como intermediario, lo que permite que las aplicaciones compartan datos y funcionalidades sin necesidad de conocer el funcionamiento interno complejo del otro sistema. La API define la forma correcta en que un usuario puede hacer una solicitud y qué tipo de respuesta esperar a cambio.
Las APIs bien diseñadas suelen considerarse los componentes básicos de los servicios digitales modernos y proporcionan la base para la innovación y la agilidad.
Para crear y consumir APIs de manera eficaz, es importante comprender algunos conceptos fundamentales.
Un extremo de API es una URL específica que las aplicaciones cliente usan para acceder a una API. Cada extremo está asociado con una función o un recurso distinto dentro de la aplicación.
Por ejemplo, en una API de administración de usuarios, podrías tener extremos como https://api.example.com/users para obtener una lista de usuarios y https://api.example.com/users/123 para obtener datos de un usuario específico.
Las APIs, en particular las APIs de REST, usan verbos HTTP estándar para indicar la acción que se debe realizar en un recurso. Los métodos más comunes son los siguientes:
GET: Recupera datos de un recurso especificado.
POST: Envía datos nuevos a un recurso.
PUT: Actualiza un recurso existente con datos nuevos.
DELETE: Quita un recurso especificado.
Estos son dos conceptos de seguridad fundamentales.
Una documentación clara, completa e interactiva es esencial para el éxito de cualquier API. La documentación actúa como un manual de usuario para otros usuarios, en el que se explica qué hace la API, cómo usar sus extremos, los formatos de datos requeridos y cómo autenticar solicitudes.
Si bien hay varias formas de diseñar una API, tres estilos arquitectónicos se han convertido en los más destacados de la industria. La elección del estilo depende en gran medida de los requisitos específicos de la aplicación, como la necesidad de flexibilidad, rendimiento o estándares de seguridad estrictos.
Estilo arquitectónico | Principales fortalezas | Casos de uso habituales |
API de RESTful |
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APIs SOAP |
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GraphQL |
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Estilo arquitectónico
Principales fortalezas
Casos de uso habituales
API de RESTful
APIs SOAP
GraphQL
Crear una API de nivel de producción es un proceso estructurado que implica varias fases distintas.
Esta fase inicial implica definir los objetivos de la API, comprender el público objetivo y diseñar el contrato de la API. Este enfoque de "diseño primero" suele usar un lenguaje de especificación como la especificación de OpenAPI para crear un plano de los extremos, los modelos de datos y los métodos de autenticación antes de escribir cualquier código.
Esta es la fase en la que los usuarios escriben el código de backend para implementar la lógica definida en la fase de diseño. Eligen un lenguaje de programación y un framework (por ejemplo, Python y Flask, o Node.js y Express) y crean las funciones que manejarán las solicitudes de API entrantes.
Las pruebas rigurosas son fundamentales para garantizar que la API sea confiable, segura y tenga un buen rendimiento. Esto incluye pruebas de unidades para funciones individuales, pruebas de integración para garantizar que las diferentes partes del sistema funcionen juntas y pruebas de carga para ver cómo se comporta la API con mucho tráfico.
Una vez que se crea y prueba la API, se implementa en un entorno de hosting en el que las aplicaciones cliente pueden acceder a ella. Puede ser un servidor tradicional, una máquina virtual o una plataforma moderna sin servidores en la nube.
Después de la implementación, la API debe supervisarse continuamente para detectar errores, latencia y patrones de uso. Esta observabilidad permite a los equipos identificar problemas de forma proactiva, solucionar problemas y comprender cómo se usa la API.
A medida que evolucionan las necesidades empresariales, las APIs deben cambiar. Una estrategia de control de versiones clara (por ejemplo, incluir un número de versión en la URL como /v2/users) es fundamental para permitir que los usuarios introduzcan cambios o nuevas funciones sin interrumpir las aplicaciones existentes que dependen de la versión anterior.
Para quienes no conocen el proceso, crear su primera API puede ser una tarea accesible. Dividir el proceso en algunos pasos clave puede ayudar a desmitificarlo.
Elige tu lenguaje y framework
Selecciona un lenguaje de programación y un framework web con los que te sientas cómodo. Las opciones populares incluyen Python con un framework como Flask o FastAPI, o Node.js con Express, ya que tienen una excelente asistencia y grandes comunidades.
Configura tu entorno de desarrollo
Instala las herramientas necesarias en tu máquina local. Esto suele incluir el entorno de ejecución del lenguaje (por ejemplo, Python), un editor de código (como VS Code) y el sistema de control de versiones Git.
Escribe tu primer extremo de API
Comienza con un extremo simple de "Hello, World!". Esto implica crear una ruta que responda a una solicitud GET y devuelva un mensaje JSON simple. Esto ayuda a confirmar que tu configuración básica, framework y servidor funcionan correctamente antes de pasar a una lógica más compleja.
Escalabilidad
Las plataformas en la nube pueden escalar automáticamente los recursos de procesamiento de tu API verticalmente o reducir su escala en función del tráfico, lo que ayuda a garantizar el rendimiento sin un aprovisionamiento excesivo.
Servicios administrados
El proveedor de la nube se encarga de la infraestructura subyacente, el mantenimiento del servidor y la aplicación de parches de seguridad, lo que permite que tu equipo se enfoque en la lógica de la API.
Alcance global
Puedes implementar fácilmente tu API en centros de datos de todo el mundo, lo que reduce la latencia para tu base de usuarios global.
Herramientas integradas
Las plataformas en la nube ofrecen un ecosistema enriquecido de servicios integrados para bases de datos, supervisión, registro y CI/CD, lo que simplifica todo el ciclo de vida del desarrollo.