Red moderna para aplicaciones y cargas de trabajo de la era de la IA

La red global de Google se conecta con más de 5,700 ISPs y redes de socios en más de 200 países y territorios. Nuestra red abarca más de 7.75 millones de kilómetros de fibra terrestre y submarina. Los datos y el tráfico de los clientes permanecen en la red global de Google, lo que minimiza la latencia, los riesgos de seguridad y los problemas de confiabilidad.

Con el rango de peering de protocolo de puerta de enlace de borde (BGP) más alto entre los proveedores de la nube, la red global de Google ofrece una gran accesibilidad y servicios de peering a través del programa de Verified Peering Provider, lo que proporciona la forma más rápida y confiable de llegar a los usuarios.

En la era de la IA, estamos en un proceso de ir más allá de las medidas de disponibilidad tradicionales, ya que incluso unos minutos de tiempo de inactividad al año son inaceptables. Nuestro objetivo es ofrecer un tiempo de actividad constante a través de técnicas avanzadas de conmutación por error, al tiempo que se habilita un rendimiento determinístico y una mitigación rápida para mantener tus operaciones en funcionamiento sin problemas. Nuestra red está creada con aislamiento regional y redes de múltiples fragmentos, en las que cada fragmento se ejecuta de forma independiente con conmutación por error automática entre fragmentos. Con el cambio de ruta protector, la red global de Google proporciona detección y conmutación por error rápidas, lo que reduce la duración de las interrupciones hasta en un 93%.

La red global de Google es altamente programable con controladores SDN, APIs estándar y modelos de red universales como la representación de topología de múltiples capas de abstracción (MALT), lo que permite flexibilidad, agilidad y control. 

Diseñada para operaciones declarativas que traducen fácilmente las políticas empresariales en intención de red, la red global de Google personaliza los controles de red para requisitos empresariales específicos, lo que abarca el cumplimiento normativo, los mandatos de soberanía digital y el rendimiento único de las aplicaciones para abordar las necesidades empresariales.