Tail: Buenas prácticas de la startup que migró a Google Cloud en 3 días sin paralizar sus servicios

Acerca de Tail

Tail es una plataforma SaaS de inteligencia de datos que brinda el poder de análisis de big data y el aprendizaje automático a todas las empresas. Esta startup ofrece un conjunto de soluciones exclusivas que permite que marcas de todas las industrias obtengan estadísticas instantáneas y valiosas analizando los datos de sus propios consumidores y clientes potenciales y los datos exclusivos de comportamiento en Internet y por ubicación geográfica para optimizar el rendimiento del marketing de la empresa. Tail tiene sede en São Paulo, Brasil, y opera en toda América Latina y EE.UU.

Industrias: Technology
Ubicación: Brasil

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Después de migrar en solo 3 días, Tail mejoró su infraestructura, optimizó la rutina de los profesionales de TI y bajó costos.

Resultados

  • Se migró toda la infraestructura a Google Cloud (más de 300 servidores) en 3 días sin paralizar los servicios.
  • Oportunidad para detenerse a revisar y optimizar la infraestructura heredada.
  • Se redujo el tiempo de búsqueda en la base de datos de minutos a milisegundos.
  • Se facilitó el procesamiento y la administración de datos migrando los HDFS de la empresa a Cloud Storage.
  • Se le dio más agilidad al equipo de TI para liberar funciones y atender más llamadas.
  • Se redujo la latencia en la entrega de las secuencias de comandos de la plataforma de Tail de 400 ms a 180 ms.

Tail migró su infraestructura en tres días sin detener sus servicios.

Gran cantidad de empresas están migrando su infraestructura a la nube, pero también hay empresas que existen gracias a la nube. Es el caso de Tail, una startup brasileña que desde 2012 ayuda a las empresas con su estrategia de marketing por medio de su propia plataforma SaaS de inteligencia de datos. Como el modelo de su servicio abarca factores como el ajuste de escala de la infraestructura a lo largo del día y la imprevisibilidad del tráfico, Tail prácticamente no podría existir si dependiera de contratar servidores y alquilar centros de datos.

La estructura de la startup permite una capacidad de entrega mucho más rápida que la de otros grandes competidores en el mercado. Un proyecto típico suele implementarse en hasta 60 días, sin necesidad de consultores externos, y ofrece a los clientes análisis de los datos de comportamiento de sus consumidores en tiempo real, activaciones más inteligentes, el enriquecimiento instantáneo de bases y el cumplimiento con la LOPD y el GDPR.

Sin embargo, con el paso de los años, la evolución de esta estructura comenzó a generarle cuellos de botella al equipo de TI de Tail. En particular, la solución en la nube que había contratado la empresa en 2012 no tenía tantos servicios de automatización en la nube, lo que llevó a la startup a desarrollar algunos de esos servicios de manera interna. Además, como la distribución de Hadoop del servicio que usaban no era compatible con la versión del software de Tail, el equipo también terminó creando su propia distribución de Hadoop y una instalación propia de HDFS distribuido en varios discos duros y servidores. O sea, la empresa terminó encargándose hasta del almacenamiento.

Tail pasó 7 años construyendo sus propios servicios, pero llegó a un punto en el que los 10 profesionales de su equipo de TI ya no tenían más tiempo para revisar y refinar los procesos. “No queríamos dejar de evolucionar, pero tampoco podíamos parar a ver lo que ya estaba hecho, cómo mejorar nuestro legado, qué hacer con todo lo que ya teníamos”, cuenta Fernando Babadopulos, cofundador y CTO de Tail. En 2019, tuvieron una idea: ¿y si la empresa migrara su infraestructura?

Aprender para migrar

Para saber si se podía poner en práctica esa idea, había que ver si existía una solución que tuviera sentido desde el punto de vista de la tecnología pero también en términos de finanzas. Ante todo, la solución debía permitir a la empresa migrar sin tener que paralizar los servicios que presta a sus clientes. Tras una serie de análisis y conversaciones entre el equipo técnico y los directores, Tail encontró la solución ideal en Google Cloud.

No obstante, primero que nada, había que resolver una cuestión importante: el equipo de TI tenía muy pocos conocimientos sobre las soluciones. Por eso, decidieron realizar las certificaciones que ofrece Google Cloud. “La primera certificación que hice fue de Data Engineer, y puedo asegurar que fue esencial para que pudiéramos realizar la migración”, afirma Babadopulos. Como el equipo realizaría la migración por su cuenta, estudiar las herramientas, conceptos y nomenclaturas fue fundamental para que funcionara el proceso.

En 20 días, el equipo logró obtener 7 certificaciones de Google Cloud: Professional Cloud Architect, Professional Cloud Security Engineer, Professional Cloud Network Engineer y cuatro de Professional Data Engineer. “Estuvo bien porque nos obligamos a estudiar, pudimos obtener las certificaciones y usamos todo ese conocimiento para planificar la migración”, afirma el CTO. Y ese fue justamente el siguiente paso del equipo.

Como el proceso de migración debía realizarse en caliente, es decir, sin paralizar los servicios de la empresa, la planificación fue fundamental. “Preparamos más o menos un mes de planificación realizando pruebas en partes específicas del sistema. Tenemos cuatro bases de datos distintas y cada una necesitaba un plan de migración distinto”, explica Babadopulos. Con las pruebas y pilotos de migración, el equipo logró entender cómo sería cada paso del proceso y estimó que necesitaría entre 2 y 3 días para migrar toda la infraestructura.

Todo debía estar bien ajustado para que no hubiera problemas que obligaran a detener el sistema, especialmente cuando ya no hubiera vuelta atrás, cuando ya no quedara nada sincronizado con el servicio anterior. En cuanto se hiciera la migración, la infraestructura ya debía estar funcionando.

Toda esa planificación valió la pena. Fueron 3 días de migración consecutivos, las 24 horas, de más de 300 servidores. El equipo enfrentó pocos contratiempos durante el proceso, ninguno que le impidiera garantizar la disponibilidad de los servicios a los clientes. La migración se realizó en diciembre de 2019 y los resultados saltaron a la vista en poco tiempo.

Una nueva rutina para el equipo de TI

Las consecuencias de la migración se hicieron sentir de distintas maneras para el equipo de TI de Tail. En primer lugar está la oportunidad que brindó el proceso de detenerse a revisar toda la infraestructura heredada y optimizarla. Un ejemplo fue la creación de los servicios para la nube. La startup logró retirar algunos de sus softwares y empezó a usar herramientas cómo Cloud Load Balancing, para el balanceo de cargas; Compute Engine, para el ajuste de escala de máquinas; y Big Query, para las búsquedas y análisis en la base de datos.

“Antes teníamos algunos problemas de escalabilidad y tiempo de respuesta, y BigQuery los resolvió muy bien. Terminamos pasando de minutos a milisegundos en algunas búsquedas”, explica Babadopulos.

También solucionaron el problema con el almacenamiento. Durante 7 años, el equipo tuvo que almacenar grandes volúmenes de datos fuera de la máquina virtual, mientras que ahora ya no hacen falta discos duros ni servidores. Se migraron los HDFS a Cloud Storage, donde la empresa puede procesar y administrar los datos más fácilmente, sin tener que copiarlos de un sistema externo.

En cuanto al acceso a la infraestructura, la solución anterior otorgaba permisos a solo dos profesionales. Hoy, tres profesionales cuentan con acceso. Esto implica no solo una mayor facilidad y seguridad para interactuar y trabajar en este entorno, sino también un efecto en la rutina cotidiana del equipo, que ahora puede liberar las funciones más rápidamente y atender más llamadas.

Otros beneficios mencionados por el CTO de Tail fueron la preservación de la encriptación de datos de forma predeterminada en reposo y en tránsito (con la posibilidad de mantener la clave de encriptación fuera de la nube), la utilización de la red de alta velocidad de Google para el tráfico de información y la reducción de la latencia en la entrega de secuencias de comandos de la plataforma de la startup, de 400 ms a 180 ms, con Cloud CDN.

Emmanuel Martins, director de BizDev de la startup, subrayó otro factor distintivo de la migración para la obtención de clientes potenciales, ya que el hecho de que la plataforma de Tail use la infraestructura de Google se considera positivo para ayudar a las empresas en su proceso de transformación digital.

“Estamos formando parte de una historia que ya se está contando, con herramientas que nuestros clientes conocen y en las que confían. Con eso, ganamos escala, lo que nos permite obtener más clientes potenciales, participar en más reuniones y, por ende, hacer más negocios”

Emmanuel Martins

Recomendaciones para otras startups

La migración le permitió a Tail optimizar su infraestructura, sus costos y la rutina de trabajo de su equipo de TI. Así, la empresa planea ampliar el uso de las herramientas según la evolución de los proyectos y migrar otros servicios a BigQuery.

Para otras startups que deseen migrar por su cuenta a Google Cloud, Babadopulos cree que lo más recomendable, según la experiencia de Tail, es prepararse y planificar, mediante las certificaciones y las pruebas previas antes de la migración, todas con bancos de datos, máquinas virtuales y servicios reales. “Las pruebas de migración nos ayudaron a ganar confianza para la migración”, afirma.

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Tail es una plataforma SaaS de inteligencia de datos que brinda el poder de análisis de big data y el aprendizaje automático a todas las empresas. Esta startup ofrece un conjunto de soluciones exclusivas que permite que marcas de todas las industrias obtengan estadísticas instantáneas y valiosas analizando los datos de sus propios consumidores y clientes potenciales y los datos exclusivos de comportamiento en Internet y por ubicación geográfica para optimizar el rendimiento del marketing de la empresa. Tail tiene sede en São Paulo, Brasil, y opera en toda América Latina y EE.UU.

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